Silencios

A H.


La última vez que me fijé, tus manos retorcían mi cuello casi como un ritual, y casi como sin querer, quise abrazarte.
Frente al espejo veo tu mordida en la costilla, pero ya no sangro. Soy la salamandra esperando el tiro de gracia que me arrebate de la eternidad de ser yo.
Cuento las monedas y siento que ese es un acto que podrías saber de mí. No te busco, pero espero que me estés mirando del otro lado de la ventana que dibujo con mis dedos. Y del otro lado de esa ventana veo el mundo que ya no ocupo. Y recorro con deseo el martirio de ser olvidada en tu gran hazaña que es la vida.
A vos. La vida no te deja en paz.
Y yo. Oculta debajo de la alfombra contesto con mutismo de gorrión.

Comentarios

  1. comienzo este comentario rogando por favor que sea publicado por el dios blogger que NUNCA me permite ser leída por ti...

    luego de esto

    qué frases querida, cuánta fuerza

    beso!

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